El baño del bebé: un ritual de relajación, estimulación y, por qué no, ¡diversión!
El baño es uno de los primeros hábitos que nos permiten comenzar a bosquejar una rutina. Repetir la actividad en un horario específico o momento del día determinado ayuda a la organización de la conducta y la previsibilidad.
El cuándo es una variable que escogerá cada familia, en función de sus propias dinámicas, pero la mayoría prefiere reservar este momento de cara al atardecer puesto que el agua es un relajante natural y, si los planetas están alienados, le ayudará a tu bebé conciliar el sueño.
El primer baño
Como todas las primeras veces en la mapaternidad, sumergir a un recién nacido en las profundidades de una bañadera es un hito que entusiasma y genera dudas, miedo y una buena cuota de ansiedad.
Hasta que se caiga el cordón umbilical (entre los 5 y 15 días luego del nacimiento), el recién nacido sólo debe recibir baños de esponja. ¿Por qué? El ombligo debe mantenerse lo más seco posible para su correcta cicatrización y para evitar posibles infecciones.
¡Ahora sí! Llegó el momento del primer baño. La lista de cosas que necesitarás es simple:
- Una bañera colocada sobre una superficie segura y que vos te sientas cómoda.
- La cantidad de agua debe ser poca: unos 5 cm de agua tibia.
- ¡Una toalla grande y suave, si es con capucha mejor!
- Una esponja o un paño suave.
- Jabón para bebe. Se sugieren jabones neutros hipoalergénicos sin perfume.
- Un cepillo o peine suave para bebé.
Los primeros baños no deben ser largos, sino efectivos para limpiar con suavidad su cuerpito. Para un recién nacido, bañarlo dos o tres veces a la semana sea probablemente suficiente, siempre que mantengas el área del pañal bien limpia y laves sus manos, cuello y rostro varias veces al día. Para los bebés más grandes, el baño puede ser necesario todos los días ya que se convierte en parte de la rutina de la hora de dormir.
No te asustes si el bebé llora en sus primeros baños, está reaccionando a una situación desconocida. Procurá siempre de tener la temperatura del agua tibia y el ambiente cálido. Aprovechá ese momento para mantener contacto visual con tu bebé, acariciarlo, hablarle y cantarle para darle más seguridad.
La importancia del baño y la higiene del bebé
Además de un ritual de relajación e higiene, el baño puede convertirse en una ocasión de disfrute conjunto y alimenta su naturaleza exploratoria. Ana Belén Farías, Licenciada en Terapia ocupacional (M.P. 2393) y mamá de dos @mama_y_to, nos aconseja:
- Utilizar la anticipación, especialmente cuando el niño esté haciendo alguna actividad de su agrado. ¡A nadie le gusta que lo interrumpan en el mejor momento! El baño no debe no debe ser una imposición, sino una oportunidad de goce y disfrute.
- Armar agendas visuales e incluir el momento del baño en ella.
- Utilizar esta rutina para favorecer prácticas de autonomía, invitarlos a quitarse la ropa solos, enjabonarse, lavarse la cabeza, secarse, y vestirse, según la edad y el grado de desafío de la actividad.
- El agua en la cara, la espuma, la esponja, la temperatura, el contacto con la piel, son oportunidades para trabajar la modulación sensorial, es decir, la capacidad del cerebro para responder adecuadamente a sensaciones del entorno
Es importante, desde pequeños, repasar con ellos las distintas partes del cuerpo con sus nombres correctos, evitando apodos, y su correspondiente higiene.
Jugar con la motivación puede ser un gran recurso
María del Rosario Vocos Conesa @una.mama.psicopedagoga y docente, comparte algunas ideas creativas para hacer del baño una experiencia aún más divertida:
- Formas de acetato o goma eva: Al mojarse, pueden pegarse en los azulejos como stickers.
- Burbujas y espuma. ¿Quién no las ama?
- Juego de pesca: Se pueden usar pompones, peces de goma eva, bolitas de gel y cucharas con distintos tamaños.
- Marcadores para baño (son de jabón) o pastillas para teñir el agua, que no son tóxicas.
“Como todos los actos de higiene, el baño es un hábito. La constancia, la naturalidad y el ejemplo son clave para que se instale y perdure”, concluye María Belén Farías.
Muy buen articulo. Gracias por compartirlo.