¿Sabías que, según las sociedades científicas, el 80% del daño solar en la piel se produce antes de los 18 años? ¿Sabías que el daño que genera el sol es acumulativo y las radiaciones ultravioleta causan daños irreversibles en la estructura de la piel?
La maternidad me ha hecho tomar conciencia de los pésimos hábitos que arrastro hace años y he naturalizado en mi cotidianeidad, en especial cuando llegan los primeros calores y el sol irrumpe nuestros días con intensidad. ¿Escuchaste en alguna oportunidad decir que el “bronceado es saludable”?
La educación sobre las medidas de protección solar es la forma eficaz de realizar prevención. Por eso, con la guía de la médica dermatóloga y pediatra Romina Plafnik MN 107.901 (UBA) @draplafnik, nos detendremos inicialmente en algunos datos indispensables para que este verano te encuentre informada:
- A pesar del empeño de expertos y medios de comunicación, NO existe el “bloqueador solar”: no hay ningún filtro capaz de protegernos contra todo el espectro solar y su uso, como única medida de protección, resulta insuficiente.
- Debería evitarse la exposición directa al sol entre las 10 de la mañana y las 4 de la tarde. ¿Por qué? Porque cerca del 80% de la radiación UVB se recibe en este periodo de tiempo. No obstante, los bebés NO deberían exponerse al sol antes de los 3 años.
- Las orejas, pies y cuero cabelludo también deben ser protegidos del sol. ¡No los olvides!
- La cantidad de crema a colocarse es igual a una pelotita de golf o 9 cucharadas de té. Si utilizás las versiones en spray, aplicá con esmero, doble.
- El protector “resistente al agua” también debe ser renovado. Se sugiere hacerlo a los 40 minutos luego del chapuzón. Tener presente que, muchas veces, secar con la toalla “barre” el producto. ¡Será necesario repetir la aplicación!
- La arena, el agua y la nieve reflejan los rayos, por lo que podrían quemar aun cuando estemos bajo la sombra. Tampoco te confíes de las nubes o neblina. ¡Los rayos también atraviesan las ventanas o vidrios del auto!
- En caso de querer utilizar tanto protector solar como repelente de insectos, aplicá primero el protector y esperá unos 15 minutos antes de aplicar el repelente.
Algunos datos técnicos:
Primero es fundamental entender algunos conceptos. El 5% de la luz solar que llega a la tierra es radiación ultravioleta, que se divide en rayos UVA y UVB. Los rayos UVC serán bloqueados en su totalidad por la capa de ozono. Los rayos UVB serán atenuados en un alto porcentaje, y los UVA en una baja proporción. Los rayos UVA y UVB que pasen penetrarán en nuestra piel generando efectos perjudiciales: la carcinogénesis (el riesgo de desarrollar cáncer) y el foto envejecimiento (las arrugas, las manchas).
La cantidad de rayos UVB que llegan a la superficie terrestre varían según la época del año, y el horario del día, pero los rayos UVA NO varían: atraviesan las nubes en días nublados, y esto explica por qué debemos protegernos del sol TODO el año y durante todo el día, mientras haya sol.
¿Por qué insistimos tanto en proteger a los niños/as?
Hasta el 80 % de la radiación solar que recibimos en toda la vida se acumula antes de los 20 años. Esto se debe a que los niños tienen más actividades deportivas y recreativas al aire libre: pueden pasar horas en una pileta si están entretenidos, pero, además, las niñas pequeñas no suelen usar pareos y muchos menores de tres años suelen andar en pañal o ropa interior exponiendo mayor superficie al sol.
Hablemos ahora de cómo proteger a los niños:
Plafnik insiste en que los menores de 6 meses NO deben estar expuestos al sol, su piel es más fina y mucho más sensible. Incluso la recomendación es que los menores de 6 meses NO deben usar protector solar, porque también por la inmadurez en el desarrollo completo de la piel, estos productos pueden absorberse más y producir reacciones adversas.
Si se viaja de vacaciones, se sugiere tener al bebé a la sombra, con ropa, con sombrero. Y en última instancia, utilizar protector solar apto para menores de 6 meses (son muy pocos los que hay) que son para fotoprotección indirecta, es decir, lo protegen del reflejo cuando está a la sombra.
En los menores de 3 años, la recomendación sigue siendo evitar el sol. Si aun así van a estar expuestos, ¿qué hacemos? Algunas recomendaciones:
- Siempre evitar el horario de 10 a 16 horas.
- Elegir estar a la sombra.
- Colocar ropa para proteger la mayor superficie corporal posible.
- Utilizar sombrero (para los chicos preferentemente los que tapan orejas y nuca)
Con respecto al protector solar:
- Siempre utilizar factor de protección mayor a 30 (ideal 50)
- En los más pequeños, utilizar los que son aptos para niños.
- Colocar el protector al menos 20 minutos antes de estar expuesto.
- Reponer cada dos horas.
- Reponer si está en el agua. Tener en cuenta que, si un protector es resistente al agua, significa que mantiene sus propiedades intactas 40 minutos; si es muy resistente, unos 80 minutos. Así que habrá que sacar a los niños del agua, secarlos, y reponerles el protector.
- Reponer luego de realizar deporte y transpirar mucho, o luego de secar con la toalla que suele barrer el producto.
Y finalmente…
La ropa como protección es una gran herramienta. Siempre debe colocarse previamente protector solar. La protección tiene que ver con el tejido con el que están confeccionadas las prendas. Las que son de lycra habitualmente tiene una etiqueta que dice FPS 50. Pero si no disponemos de esta clase de indumentaria, se puede usar otra remera. Tengan en cuenta, por ejemplo, que el algodón es una tela de trama más abierta así que deja pasar gran cantidad de rayos ultravioleta.
Con respecto al uso de repelentes: el protector se pone primero, esperamos 15 minutos y colocamos el repelente. No se recomiendan productos que combinen protector solar y repelente todo en uno.
Recuerden que existen múltiples presentaciones de protector solar: cremas, lociones, atomizadores. Si eligen un aerosol, tengan en cuenta que debe distribuirse igual con la mano, y que sobre lesiones en la piel puede arder porque suelen tener alcohol. Tampoco recomendamos su uso en la cara o hacerlo con máximo cuidado por el contacto con los ojos.
Y recordá: No existe un bronceado saludable. El bronceado de la piel puede verse culturalmente como bello; sin embargo, una piel saludable es aquella cuidada, hidratada y protegida.