Saltar al contenido 
Quiero contarles una situación que me ha estado incomodando:
En la plaza hay un chico de unos 4 años, que insiste en besar y alzar a Zoe cada vez que la ve. Ella, sin llorar o gritar, se muestra reacia y claramente molesta. En ocasiones, la madre se acerca y le dice sin demasiada contundencia: “Dejá a la nena; no quiere”, pero suele mantenerse indiferente, restando importancia.
Algunas veces interferí llevándome a Zoe a otra parte, pero debo confesárselos: NO SÉ CÓMO debo actuar
¿Cómo le enseñamos a un niño a respetar el cuerpo, el espacio y el deseo de otro?, le pregunté a @licnatigueren, psicóloga especializada en crianza respetuosa y disciplina positiva:
- En primer lugar, siendo respetuosos de su cuerpo y sus deseos, que no es lo mismo que hacer todo lo que ellos quieran.
- Les pedimos permiso para cambiarlos o se los anticipamos, lo mismo con vacunas o el baño.
Respetar su cuerpo es el primer paso para que ellos luego respeten el nuestro y el de otros. ¡Tampoco los forzamos o convencemos de que le den un besito a alguien si no quieren!
- En segundo lugar, cuando los niños son pequeños, de 0-3 años aprox, es importante PONER EL CUERPO, actuar de MEDIADOR y PRESTAR PALABRA
¿Qué quiere decir @licnatigueren?
Si mi hijo está con otro niño, me siento con ellos e intervengo cada vez que mi hijo hace con el cuerpo del otro algo que no corresponde o viceversa. Le pongo palabra:“No, así no me gusta, despacio, ya está” y acompaño poniendo distancia entre ellos si hay conflicto. De manera amable, entendiendo siempre que ambos son pequeños.
- Si mi hijo quiere pegarme, también lo evito y explico por qué así no, que duele, que mejor una caricia… Me pongo firme: son límites importantes. Que entienda que no se puede hacer con el cuerpo del otro lo que uno quiera. ¡Lo repetimos mil veces!
¿Qué hacer cuando el adulto responsable del otro niño no interviene porque no le parece relevante o piensa que deben arreglárselas solos?
Nosotros intervenimos igual, actuando de YO AUXILIAR de nuestro pequeño. Decimos y hacemos lo que en un futuro nos gustaría que nuestro hijo pueda decir y hacer, modelamos el comportamiento hasta que puedan hacerlo SOLOS.
