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Hace tiempo atrás, creamos junto a la médica pediatra Carla Orsini @dra.carlaorsinipediatra un podcast acerca de la importancia de los primeros 1000 días en la vida de nuestros hijos. Un periodo crítico para el desarrollo cognitivo, del lenguaje y de sus destrezas sociales y emocionales. El cerebro funciona como una esponja que absorbe información y le permitirá moldearse conforme recibe estímulos externos. Los primeros años del bebé son decisivos.
¡No quiero que cargues tu espalda con kilos de responsabilidad, pero sí de información para tomar decisiones acertadas!
La neuropsicóloga pediátrica Carina Castro Fumero, @carinacastrofumeronp nos propone diferenciar dos conceptos que el mundo digital, entre tanto slogan marketinero, ha desvirtuado: la sobreestimulación y la estimulación oportuna.
La sobreestimulación se define como la SOBRECARGA de estímulos a los que los mapadres exponen a sus hijos de manera consciente. ¿Por qué? Por angustia de los padres, expectativas muy altas e irrealistas así como la necesidad que su hijo adquiera ciertos logros que tiene que ver con las expectativas de la sociedad. Esta sobreestimulación se da cuando se OBLIGA al niño a realizar actividades que no le son divertidas y lo manifiesta con irritabilidad, enojo y con resistencia a asistir. Las percibe como una EXIGENCIA que no puede cumplir y frustra.
La ciencia nos habla de “ESTIMULACIÓN OPORTUNA”, tan importante en estos primeros 1000 días, y nos revela que el principal estimulo son las FIGURAS DE APEGO: esas figuras relevantes y amorosas (papá, mamá, abuelos, cuidador) que atienden sus necesidades básicas, le hablan, lo acarician, lo besan y juegan con él para así invitarlo a aprender, explorar y descubrir. ¡Para lograr esto no es necesario invertir en los juguetes más caros o desbordarlos de actividades exigentes!
Lo importante y necesario que los niños deben aprender durante sus primeros años de vida LOS TIENEN EN SUS CASAS y se logra con algo tan fácil como TIRARSE AL PISO A JUGAR. Desde la neurociencia, MENOS es MÁS.
¿Notaste que, muchas veces, los niños/as prefieren jugar con la caja en lugar del juguete?
Me ha pasado que, para la celebración de su primer año, obsequiaron a mi hija montones de juguetes, pero pocos se adaptaban a su edad y habilidades. Un juguete para más grande frustra. Uno para más chico, aburre.
Por eso, queremos compartirte algunas ideas generales que deberían acompañar la compra de cualquier juguete:
- Mientras más desestructurado el material, más fomenta la creatividad (Ej: masas).
- Mientras más estructurado, más ordena el comportamiento (Ej: rompecabezas).
- No existen juegos de nena o nene.
- Cuantas más cosas hace el juguete, menos hará tu retoño/a.
Con un poco de creatividad e información, podés diseñar horas de diversión. La clave: elementos simples, que permitan a los más pequeños de la familia experimentar, descubrir, maravillarse, siempre atendiendo a su edad y habilidades motoras.
- Cajas de cartón
- Cintas de tela
- Papeles de todo tipo (diarios, celofán, revistas, papel higiénico).
- Tubos de cartón
- Tapas y corchos
- Botellas repletas de papeles, canicas, piedras.
- Esponjas de baño o cocina
- Cepillos para las uñas
- Hojas, ramas y piedras.
- Utensilios de cocina
- Envases de shampoo, latas y tuppers
¿Sabías que la caja en donde te enviamos tu pedido de Emama puede convertirse en un avión, un barco, una pequeña casa o un auto de última generación?
